En Nueva Esperanza, un pequeño pueblo que late al ritmo de la agricultura, los surcos de soja parecen no tener fin. Paraguay, uno de los gigantes mundiales en producción y exportación de este grano, enfrenta un curioso dilema: aunque China es su mayor comprador, no vende soja directamente al mercado chino.
🌱 Por razones diplomáticas, los envíos pasan primero por países vecinos como Brasil y Argentina antes de llegar a China. Esto, según productores y legisladores, encarece los costos logísticos, retrasa las entregas y reduce la competitividad de la soja paraguaya frente a otras naciones.
🚜 “Sabemos que la demanda en China es enorme, pero las restricciones nos obligan a dar vueltas y vueltas al grano”, comenta María González, una agricultora de tercera generación. Para ella, cada kilómetro extra significa menos ganancias al final de la temporada.
📈 El impacto económico es claro: Paraguay deja de aprovechar al máximo su papel en el mercado global. Ejecutivos de cooperativas y analistas advierten que, si no hay avances en los acuerdos bilaterales, el país podría perder terreno frente a competidores directos como Estados Unidos y Brasil.
✈️ A pesar del potencial, el sector mira al futuro con cautela. ¿Podrá Paraguay lograr un acuerdo diplomático que le abra las puertas de China y potencie sus exportaciones? Los campos de soja esperan una respuesta que defina el rumbo de la economía nacional.
Reference(s):
cgtn.com




