La UE retrocede en su gran apuesta por los autos verdes 🚗🌍
Esta semana, la Comisión Europea sorprendió con una propuesta que da un giro de 180° al ambicioso plan de prohibir la venta de autos con motor de combustión a partir de 2035. Tras la presión de Alemania, Italia y el poderoso lobby automotriz, la meta de cero emisiones se relaja y deja un espacio para los híbridos enchufables y e-fuels.
En lugar de exigir un corte del 100% de CO₂ respecto a 2021 para todos los vehículos nuevos en 2035, la nueva propuesta apunta a una reducción del 90%. El 10% restante se compensaría con acero de bajo carbono producido en la UE, combustibles sintéticos (e-fuels) y biocarburantes no alimentarios, como residuos agrícolas o aceites de cocina usados.
Además, se abre una “ventana” de tres años, de 2030 a 2032: los autos pasen de recortar un 55% de CO₂ con respecto a 2021, mientras que las furgonetas bajan del 50% al 40%. Un respiro para las fábricas que afrontan retos técnicos y de mercado.
Industria en alerta roja
El golpe llegó justo después de que Ford anunciara un ajuste de 19.500 millones de dólares y cancelara varios modelos eléctricos, citando políticas de Estados Unidos y una demanda más floja de EVs. Volkswagen y Stellantis (dueña de Fiat) también habían advertido sobre la baja adopción de eléctricos y pedían objetivos más flexibles.
El lobby ACEA lo llamó “el momento de la verdad” para el sector europeo.
¿Pierde Europa la carrera EV?
Los fabricantes alemanes están bajo presión: pierden terreno frente a rivales locales en China y ven cómo los vehículos eléctricos chinos ganan cuota en el mercado europeo, pese a los aranceles.
"Pasar de un 100% de cero emisiones a un 90% puede parecer pequeño, pero es un gran paso atrás que dañará tanto al clima como a la competitividad de Europa", alerta Michael Lohscheller, CEO de la sueca Polestar. William Todts, de la ONG Transport & Environment, añade: "Aferrarse a los motores de combustión no hará grandiosos de nuevo a los automóviles europeos."
Oportunidades y caminos por recorrer
Para impulsar los eléctricos, la Comisión propone metas nacionales de flotas corporativas (60% de las ventas nuevas) para 2030 y 2035, ajustadas al PIB per cápita. Bélgica, con sus incentivos fiscales a los coches de empresa, es el ejemplo a seguir.
También plantean una nueva categoría para coches eléctricos pequeños: menos regulaciones y créditos extra de CO₂ si se fabrican en la UE.
Ahora, la pelota está en el tejado de los Veintisiete y del Parlamento Europeo. ¿Se aprobará este plan pendiente de debate? Lo sabremos antes de que llegue 2035.
Reference(s):
cgtn.com
