Los cerveceros belgas están enfrentando una jarra difícil. Después de que EE. UU. impuso un 15% de arancel a las importaciones de cerveza, los productores ahora soportan otro golpe: impuestos de exportación más altos en latas de aluminio. Eso significa más costos comprimidos en cada botella 🍻.
Esta primavera, Bruselas celebró su 25º festival anual de la cerveza en la Grand Place. Con más de 570 cervezas de 57 cervecerías en exhibición, los fanáticos tuvieron mucho por lo que brindar. Pero detrás del zumbido del festival, los aranceles de EE. UU. han dejado a muchos cerveceros menos que optimistas.
"Por supuesto, habrá aumentos de precios para seguir exportando a los Estados Unidos," dice Michiel Clyncke, co-CEO de Kasteel Brewery Vanhonsebrouck. "Ahora todo se trata de creatividad: encontrar el punto dulce para los consumidores estadounidenses dispuestos a pagar por nuestras cervezas."
Solo en 2024, casi cuatro mil millones de dólares en cerveza europea fluyeron hacia los Estados Unidos. Pero mientras los exportadores intentan mantenerse a flote, la demanda interna en Bélgica está perdiendo su chispa. Datos recientes muestran que el consumo local ha disminuido, sumando desafíos para las cervecerías.
Con costos dobles y un mercado local más débil, los cerveceros belgas necesitarán estrategias frescas—piensa en empaques innovadores, nuevos mercados o ofertas premium—para mantener viva su herencia y seguir fermentando fuerte 🍺.
Reference(s):
cgtn.com
