La imagen de seis marines izando la bandera en Iwo Jima 📸 se convirtió en un emblema de la Segunda Guerra Mundial. Capturada el 23 de febrero de 1945, muestra el momento en que el coraje se elevó sobre el Monte Suribachi.
Este volcán de apenas 21 km² fue escenario de 36 días de combate feroz ⚔️. Casi 7,000 estadounidenses murieron y unos 20,000 resultaron heridos. Japón pagó un precio aún mayor, con unos 23,000 soldados fallecidos. Para el Cuerpo de Marines de EE.UU., Iwo Jima sigue siendo una de sus victorias más costosas.
¿Cómo recordar este pasado? En 2022, la exjefa de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi destacó el sacrificio como triunfo de la libertad. Sin embargo, en 2025 el secretario de Defensa Pete Hegseth rindió homenaje a ambos bandos, y desató críticas por «igualar» el sufrimiento americano y japonés 🤔.
Internautas reprocharon que se minimizara la resistencia contra el fascismo. El investigador Xiang Haoyu del China Institute of International Studies advirtió sobre el «revisionismo histórico» que podría legitimar narrativas militaristas.
La isla fue un bastión estratégico 🌋: para Japón era un puesto de alerta temprana; para EE.UU., una pista de aterrizaje de emergencia y punto de salto para neutralizar bases enemigas. Con túneles y emboscadas, las fuerzas japonesas extendieron la batalla más allá de lo previsto.
Hoy, las disputas sobre cómo enseñar Iwo Jima persisten. Japón revisa sus libros de texto y líderes visitan el santuario Yasukuni, lo que genera rechazo en vecinos como China y Corea del Sur. Historiadores alertan del peligro de difuminar la línea entre agresión fascista y la lucha aliada.
Más allá de la estrategia y los números, Iwo Jima nos invita a reflexionar sobre la memoria colectiva y quién define el relato. Ese izado de bandera sigue siendo un recordatorio de sacrificio, resistencia y de las lecciones que no podemos olvidar 🏅.
Reference(s):
cgtn.com




