La industria pesquera de Brasil está tambaleándose después de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, impusiera un arancel del 50% a ciertos productos brasileños. Mientras otros sectores se libraron, los mariscos están sintiendo el dolor en cada escama. 🐟💔
Durante una reciente visita en Río de Janeiro, la planta procesadora de mariscos más grande del país estaba en modo de supervivencia. Las salas de congelación están desbordadas y los trabajadores se esfuerzan por encontrar nuevos compradores. "Estamos haciendo todo lo posible para sobrevivir," dice la gerente de la planta Carolina Silva, con un tono de preocupación en su voz. 🌊😓
Miles de pescadores a lo largo de la costa de Brasil dependen de estas fábricas para procesar y exportar sus capturas. Ahora, con los costos disparados y la demanda en caída, muchos enfrentan un futuro incierto. "Llevo 20 años pescando en estas aguas," comparte el veterano pescador João Santos. "Nunca pensé que tendría que buscar otro trabajo." ⚓️🚤
Los economistas advierten que los aranceles prolongados podrían tener un efecto dominó en las economías locales, golpeando a los pequeños pueblos donde la pesca es el sustento. Sin soluciones rápidas o nuevos mercados, tanto las fábricas como las comunidades corren el riesgo de quedarse a la deriva. 📉🌐
Por ahora, las comunidades pesqueras de Brasil se aferran a la esperanza, esperando negociaciones comerciales o cambios en las políticas que puedan revertir la situación. Hasta entonces, las redes permanecen medio vacías y el futuro está en juego. 🤞🌍
Reference(s):
cgtn.com



