El 6 de agosto, los nuevos aranceles de EE.UU. sobre los productos brasileños sacudieron al mundo del café. Los impuestos que estaban en el 10% se dispararon al 50%, y los granos de café no se salvaron. ☕⚡
El vicepresidente de Brasil señala que los aranceles afectan a poco más de un tercio de las exportaciones de su país a EE.UU., pero el café—un producto masivo entre estas dos naciones—está en el punto de mira. Desde São Paulo, Paulo Cabral de CGTN informa sobre una tormenta en ciernes tanto para productores como para consumidores.
Los tostadores y minoristas de EE.UU. podrían enfrentar aumentos repentinos de costos, posiblemente trasladando precios más altos a los compradores en forma de tarifas por libra más elevadas. Por su parte, los exportadores brasileños se apresuran a diversificar mercados y proteger márgenes, mientras los caficultores locales observan nerviosos cómo cambian los patrones de demanda.
Los amantes del café en América Latina también podrían notar cambios: países que reexportan granos brasileños o los tuestan localmente podrían ajustar los precios también. Con las tazas de las cafeterías y las cocinas en juego, este giro arancelario es más que granos—es un llamado de atención para las cadenas de suministro globales. 🌎☕
Reference(s):
cgtn.com
