En un movimiento audaz en un momento crucial, España ha rechazado las propuestas de aumentar el gasto en defensa al 5% de su producción nacional. La nación, que terminó 2024 con el menor gasto en defensa entre los aliados de la OTAN, está decidida a cumplir los objetivos de seguridad ya establecidos para ella—manteniéndose en el umbral del 2%.
La ministra de Defensa Margarita Robles enfatizó que aunque "muchos países quieren cinco," España cumplirá con las capacidades asignadas por la OTAN sin comprometerse a un porcentaje arbitrario. Esta postura firme refleja tanto las dinámicas políticas internas como unas finanzas públicas delicadas, mientras España lidia con una alta proporción de deuda respecto al PIB.
En medio de intensos debates, el gobierno enfrenta desafíos para equilibrar las expectativas de la OTAN con las prioridades domésticas. El primer ministro Pedro Sánchez está navegando tensiones internas de la coalición, ya que los socios de extrema izquierda se oponen a cualquier aumento en el gasto militar. Los expertos también señalan que la posición geográfica relativamente segura de España reduce la urgencia de aumentar su presupuesto de defensa, evitando una posible escalada.
De cara a la cumbre de la OTAN en La Haya a finales de este mes, se espera que las discusiones se centren en redefinir el gasto en defensa. El jefe de la OTAN, Mark Rutte, incluso ha sugerido reconocer el 3.5% como el gasto tradicional en defensa con un 1.5% adicional destinado a medidas de seguridad más amplias como la ciberseguridad y la protección fronteriza.
Este enfoque pragmático—reminiscente de una potenciación estratégica—subraya el compromiso de Madrid de cumplir con los objetivos establecidos sin sobrecargar sus recursos.
Reference(s):
cgtn.com