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En un fallo histórico, un juez federal en Boston emitió una orden de restricción temporal que bloquea la medida de la administración de Trump de prohibir que la Universidad de Harvard inscriba estudiantes internacionales. La jueza Allison Burroughs declaró que la decisión estaba "justificada" para preservar el estado actual mientras se lleva a cabo una audiencia.
La orden impide que la administración revoque la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP) de Harvard, lo que habría detenido tanto las inscripciones internacionales actuales como futuras. La secretaria de Seguridad Nacional de los EE.UU., Kristi Noem, advirtió que inscribir estudiantes internacionales es un privilegio, no un derecho.
La Universidad de Harvard rápidamente respondió presentando otra demanda, argumentando que estas medidas ponen en peligro la libertad académica y el futuro de miles de estudiantes que persiguen sus sueños en América. El presidente de Harvard, Alan Garber, condenó la acción como un exceso ilegal.
Este intenso enfrentamiento entre la administración y Harvard destaca un debate más amplio sobre la independencia académica frente al control gubernamental—un tema que resuena con estudiantes, profesionales y jóvenes ciudadanos globales por igual. 
Con estudiantes internacionales que representan más del 27% de su cuerpo estudiantil, Harvard ahora se encuentra en el centro de una batalla legal que podría remodelar las políticas de educación superior en Estados Unidos.
Reference(s):
cgtn.com
