El conflicto entre Israel e Irán ha entrado ahora en su séptimo día después de un masivo ataque aéreo israelí a las instalaciones nucleares y militares iraníes el 13 de junio. La situación rápidamente se ha convertido en un intercambio volátil, con Irán lanzando ataques retaliatorios. En medio de esta creciente tensión, todas las miradas están puestas en EE.UU. mientras enfrenta una difícil elección: intensificar la disuasión o intervenir directamente.
Inicialmente, Washington mantuvo una distancia cautelosa. Sin embargo, los desarrollos recientes indican un cambio significativo. El USS Nimitz ha salido del Mar de China Meridional uniéndose al grupo de ataque del portaaviones Carl Vinson en Medio Oriente. Al mismo tiempo, más de 30 aviones cisterna de la Fuerza Aérea de EE.UU. han llegado a bases europeas, y cazas—F-16, F-22 y F-35—están siendo reposicionados en la región. Estos movimientos claramente señalan que EE.UU. se está preparando tanto para la disuasión como para una posible intervención.
Expertos explican que este acto de equilibrio cuidadoso tiene como objetivo apoyar a Israel mientras se evita un conflicto prolongado. Factores clave que impulsan la deliberación de EE.UU. incluyen la capacidad de Israel para manejar la situación de manera independiente, preocupaciones por posibles bajas estadounidenses y la seguridad general del territorio israelí. Las opiniones domésticas también juegan un papel, con una parte significativa del público estadounidense escéptica sobre una mayor participación militar.
Añadiendo complejidad, las discusiones estratégicas han considerado atacar la fuertemente fortificada instalación nuclear Fordow de Irán—un movimiento que requeriría las bombas antiblindajes más avanzadas, una capacidad que permanece fuera del alcance de Israel. A pesar de la aprobación de planes de ataque, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha mostrado ambigüedad estratégica, manteniendo abierta la opción de la diplomacia mientras sopesa los riesgos de entrar en otro costoso conflicto en Medio Oriente.
Los analistas creen que, aunque los combates intensos podrían continuar por semanas, es poco probable una guerra prolongada a gran escala. La presión internacional y la posibilidad de negociaciones secretas eventualmente podrían llevar a ambos lados a desescalar. En este juego de ajedrez de alto riesgo de poder militar y estrategia política, los próximos días serán cruciales mientras EE.UU. navega sus objetivos duales de disuasión y posible acción directa. ¡Manténganse atentos mientras esta dinámica historia se desarrolla! 💥🤔
Reference(s):
Deterrence or action? U.S. faces hard choice in Israel-Iran conflict
cgtn.com