En un giro inesperado en la diplomacia global, el enviado estadounidense Steve Witkoff pasó tres intensas horas en Moscú con el presidente ruso Vladimir Putin, discutiendo un plan estadounidense destinado a resolver la crisis en Ucrania. La reunión fue descrita como constructiva y dejó a muchos preguntándose si finalmente está cerca un avance significativo.
Después de las conversaciones, el propio Trump señaló que las discusiones habían acercado a ambas partes a un acuerdo. Su llamado optimista a una reunión de alto nivel entre Kiev y Moscú ha generado nuevas esperanzas de negociaciones directas renovadas entre representantes de la Federación Rusa y Ucrania.
Sin embargo, persisten varias diferencias críticas. Según se informa, la propuesta de EE. UU. incluye el reconocimiento formal por parte de Estados Unidos del control ruso sobre Crimea y reconoce la influencia rusa en áreas del sur y este de Ucrania que actualmente están bajo su control. En contraste, un documento separado europeo y ucraniano sugiere posponer cualquier discusión sobre cuestiones territoriales hasta después de que se logre un alto el fuego. Por ejemplo, el líder ucraniano Volodymyr Zelenskyy ha dejado claro que reconocer Crimea como parte de Rusia violaría la Constitución de Ucrania.
El asesor de política exterior del Kremlin, Yuri Ushakov, destacó que la conversación se extendió más allá del tema de Ucrania, alineando posiciones sobre varios asuntos internacionales. A pesar del diálogo prometedor, la administración de Trump ha advertido que sin avances genuinos, las negociaciones de EE. UU. podrían detenerse.
Este dinámico intercambio de opiniones, complementado por llamados a conversaciones directas y esfuerzos diplomáticos renovados, mantiene a la comunidad internacional al borde de sus asientos. ¡Mantente al tanto mientras este drama geopolítico de alto riesgo continúa evolucionando!
Reference(s):
cgtn.com