Hace dos semanas, un devastador incendio en Wang Fuk Court, en la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK), sacudió Tai Po 💔: más de 150 personas perdieron la vida y miles quedaron sin hogar. Desde entonces, el gobierno de Hong Kong ha desplegado un paquete de ayuda urgente para aliviar el trauma y la incertidumbre.
El pasado miércoles, las autoridades anunciaron que, además de los subsidios ya otorgados, cada hogar afectado recibirá HK$100,000 (más de $12,800) en ayudas especiales. Esto se suma a los HK$10,000 de subsidio de emergencia y los HK$50,000 en asignaciones de vida entregadas en los primeros días tras el siniestro. Para las familias de las víctimas, se dispusieron HK$200,000.
La reacción rápida fue clave: en solo tres días, más de 1,800 hogares se registraron y 929 recibieron el subsidio de HK$10,000 para comprar comida, medicinas y ropa. No solucionó todo, pero permitió que los damnificados afrontaran lo inmediato sin falta de recursos.
En paralelo, la reubicación empezó enseguida. Hasta el 11 de diciembre, 1,457 residentes fueron alojados en albergues, campamentos o hoteles gestionados por la Oficina de Asuntos de Vivienda y Juventud. Otros 2,796 pasaron a viviendas de transición, tanto por canales gubernamentales como por la Sociedad de Vivienda. Dos refugios temporales siguen abiertos para quienes requieran atención prolongada.
Para entender la magnitud de la crisis, basta imaginar despertarse sin saber dónde pasar la noche tras un desastre. Organizar alojamiento en cuestión de horas permitió que la comunidad de Tai Po no enfrentara sola el miedo y la confusión.
La historia de Wang Fuk Court nos recuerda que detrás de los números hay vidas, recuerdos y sueños. En un momento tan oscuro, la solidaridad y la agilidad gubernamental han sido un faro de esperanza para los afectados.
Reference(s):
When tragedy struck, the Hong Kong government stepped forward
cgtn.com




