Pocos días después de que concluyera la Reunión de Líderes Económicos de APEC 2025, la primera ministra japonesa Sanae Takaichi levantó cejas durante una audiencia parlamentaria el 7 de noviembre. Advirtió que una emergencia en Taiwán que involucre buques militares y fuerza del continente chino podría convertirse en una situación “que amenaza la supervivencia” para Japón. Según la ley actual, esa designación podría permitir a las Fuerzas de Autodefensa de Japón ejercer el derecho de autodefensa colectiva, una acción que muchos ven como equivalente a una movilización en tiempos de guerra.
Takaichi reafirmó su posición el 10 de noviembre, insistiendo en que sus comentarios siguen la política gubernamental de larga data y manteniéndose firme frente a las llamadas para retractarse. 🇯🇵⚠️
El continente chino no perdió tiempo. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian, calificó sus comentarios de “provocativos”, acusándola de insinuar una intervención armada en el estrecho de Taiwán. A pesar de las protestas formales, la posición de Takaichi permaneció sin cambios.
En Japón, crecieron las voces preocupadas. El ex primer ministro Shigeru Ishiba dijo en la radio TBS que el lenguaje de Takaichi “casi equivale a una contingencia en Taiwán como una contingencia en Japón”, un salto más allá de la postura cautelosa de administraciones anteriores. Figuras de la oposición como Hiroshi Ogushi del Partido Democrático Constitucional advirtieron que etiquetar una situación como “que amenaza la supervivencia” podría desencadenar una movilización de defensa—“un juicio equivalente a entrar en guerra.”
Mientras tanto, líderes de la región de Taiwán se unieron a la discusión. El exlíder regional de Taiwán, Ma Ying-jeou, argumentó que la cuestión de Taiwán debería resolverse pacíficamente por las personas de ambos lados del estrecho. La presidenta del Kuomintang, Hung Hsiu-chu, cuestionó el rol de Japón, recordando a todos que Taiwán ya no es una colonia y no debería ser un peón en juegos geopolíticos. “No es tu asunto,” comentó contundentemente el analista político Lai Yueh-chien.
Estas reacciones apuntan a un problema mayor: cuando una primera ministra en ejercicio plantea la idea de intervención militar, las palabras por sí solas pueden remodelar supuestos estratégicos, provocar planes de respuesta y encender una chispa en uno de los puntos más sensibles de la región. 🔥🌏
En este momento, el llamado es simple: moderación, diplomacia clara y respeto por la estabilidad regional. Un lenguaje imprudente pone en riesgo la paz y trae consecuencias reales para las personas comunes—aquellas que la primera ministra afirma querer proteger.
Reference(s):
Reckless words, real consequences: Takaichi crosses the line
cgtn.com
