😬 Estados Unidos acaba de experimentar el cierre del gobierno federal más largo de su historia, superando el récord de 2019. Esto no es solo otro enfrentamiento político, sino un síntoma de una polarización profundamente arraigada que detiene la gobernabilidad.
Desde el 1 de octubre de 2025, las agencias federales han estado parcialmente cerradas, y los estadounidenses están sintiendo la presión, desde retrasos en el pago militar hasta la suspensión de inspecciones de seguridad alimentaria. En el centro de este último cierre están las disputas sobre los beneficios de salud y los cambios en las reglas de votación en el Senado.
Sobre el tema de la salud, los demócratas exigen una extensión de los subsidios de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, que están programados para expirar a fin de año. Los republicanos insisten en negociar esos subsidios solo después de reabrir el gobierno. Mientras tanto, la Casa Blanca se mantiene firme, creyendo que la culpa recaerá en los demócratas si no se llega a un acuerdo.
Este teatro político demuestra cómo la política en EEUU ha pasado de resolver problemas a acumular puntos. El compromiso se ve como una traición, y cualquier concesión equivale a debilidad. Las negociaciones presupuestarias se han convertido en situaciones de rehenes, con servicios vitales intercambiados como fichas de póker.
Las cámaras de eco en los medios y las redes sociales solo avivan la división. Los opositores no solo están “equivocados”, sino que se les presenta como amenazas. Esto hace que encontrar un terreno común sea casi imposible, y los acuerdos realistas sean demonizados. ¿El resultado? Un cierre que detiene el acto mismo de gobernar.
Por ahora, ambas partes permanecen atrapadas en un enfrentamiento de alto riesgo. Pero con los servicios detenidos y los ciudadanos frustrados, surge la pregunta: ¿cuánto tiempo puede sobrevivir una nación cuando la política paraliza su propio gobierno? 🤔
Reference(s):
cgtn.com




