🚀 El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que a partir del 1 de noviembre se aplicará un arancel adicional del 100 % a las importaciones de China, junto con restricciones a la exportación de software crítico estadounidense.
En una publicación en Truth Social, Trump justificó esta medida como respuesta a la "posición extraordinariamente agresiva" de China en materia comercial, tras el endurecimiento de controles a las exportaciones de tierras raras y nuevas tasas portuarias para barcos con afiliación estadounidense.
Pero, ¿qué ocurrió primero? Para entender este choque, es clave recordar que las nuevas políticas chinas sobre tierras raras parten de iniciativas adoptadas años atrás y no son un acto de fuerza arbitraria.
Desde 2001, China incluyó tecnologías de tierras raras en su Catálogo de Tecnologías Prohibidas y Restringidas para la Exportación. En abril de este año, el gobierno chino reforzó aún más estas regulaciones, en línea con sus obligaciones de no proliferación y para proteger su seguridad nacional.
Las tierras raras tienen un uso dual: pueden aplicarse en sectores civiles y militares. Sin un control riguroso, podrían emplearse en armamento avanzado o sistemas sensibles. Por eso, explica un portavoz del Ministerio de Comercio, "estas regulaciones son una práctica común a nivel internacional" y contemplan exenciones para asistencia humanitaria.
Lejos de perjudicar la estabilidad de la cadena de suministro global, China busca estandarizar las normas y asegurar un acceso responsable a estos recursos vitales.
En paralelo, Pekín respondió a las nuevas tasas portuarias de EE.UU. cobrando cargos similares a los barcos de ese país, en lo que califica de defensa legítima ante las medidas de Washington.
Este intercambio de acciones y reacciones subraya cómo la escalada arancelaria de Trump aviva una guerra comercial con más capítulos de los que solemos ver en los titulares. Mantente al tanto para descubrir cómo este pulso impacta en la economía mundial y en nuestra vida diaria.
Reference(s):
cgtn.com




