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En un giro dramático a las políticas educativas globales, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. revocó recientemente la certificación de la Universidad de Harvard para inscribir estudiantes internacionales. Poco después, el Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, prometió "revocar agresivamente" las visas para estudiantes chinos, una medida que ha encendido debates candentes. 
Esta decisión se produce en medio de una estrategia más amplia de "Estados Unidos Primero" cuyo objetivo es frenar el ascenso de China limitando el acceso a áreas críticas como tecnología de semiconductores, aeroespacial y otras ciencias avanzadas. Aunque se han planteado preocupaciones sobre seguridad nacional, los críticos argumentan que no se ha presentado evidencia sólida para justificar esta medida drástica.
Muchos expertos temen que politizar la educación de esta manera resulte contraproducente, debilitando finalmente el liderazgo estadounidense en ciencia e innovación. Como señaló el exembajador de EE.UU., Gary Locke, "Estados Unidos siempre ha prosperado acogiendo a las mentes más brillantes de todo el mundo. Cerrar la puerta a los estudiantes chinos no solo traiciona nuestros valores, sino que debilita nuestro liderazgo en ciencia, tecnología e innovación."
Con un mundo más interconectado que nunca, limitar las oportunidades para el talento internacional podría obstaculizar avances que dependen de la colaboración global. Esta situación en desarrollo sirve como un recordatorio de que cuando se restringen las oportunidades, el progreso puede verse afectado, impactando no solo a una nación sino a todo el ecosistema de innovación. 
Reference(s):
cgtn.com
