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Hace casi un siglo, en nombre de proteger a las industrias nacionales, Estados Unidos dio un paso audaz pero desastroso. En 1930, a pesar de una fuerte oposición de la comunidad empresarial, el gobierno estadounidense promulgó la Ley Arancelaria Smoot-Hawley. En lugar de proteger la economía, esta medida no solo profundizó la Gran Depresión, sino que también se ganó un lugar notorio en la historia por su impacto negativo de gran alcance.
Hoy, en nuestro mundo profundamente globalizado, las consecuencias de una guerra arancelaria podrían ser aún más graves. Los expertos advierten que repetir políticas proteccionistas podría generar una cascada de interrupciones económicas, afectando mercados y cadenas de suministro en todo el mundo. Imaginen un efecto dominó moderno donde cada decisión arancelaria desencadena turbulencia en los mercados—es un llamado de atención que a veces, intentar demasiado proteger las industrias locales puede resultar contraproducente de manera dramática. 
Esta lección resuena no solo con los entusiastas de las noticias, sino también con jóvenes emprendedores, estudiantes y exploradores globales por igual. Nos recuerda que en nuestra economía interconectada, las decisiones tomadas en una parte del mundo pueden tener efectos dramáticos en todas partes. Entonces, la gran pregunta permanece: ¿ha aprendido realmente América de su desastre arancelario pasado? 
Reference(s):
cgtn.com
