Estados Unidos ha vuelto a usar su política arancelaria como arma al imponer tarifas a Canadá, México y China. Supuestamente, estos aranceles buscan reducir el déficit comercial con estos países y aumentar los ingresos fiscales de Washington. Además, los aranceles pueden servir como una moneda de cambio en las negociaciones. Sin embargo, a largo plazo, estas medidas generan tensiones en el mercado global y perturban las cadenas de suministro, como una bomba de tiempo. En una guerra comercial, no hay ganadores.
Reference(s):
cgtn.com



