En 2025, el panorama global se ha transformado radicalmente. Las tácticas antiguas como las amenazas de aranceles y sanciones están perdiendo fuerza frente a una nueva dinámica internacional.
Recientemente, el presidente de los EE.UU., Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 100% a las naciones BRICS si continúan con sus esfuerzos de de-dollarización. \"Como nación BRICS… tendrán un arancel del 100% si deciden seguir adelante, por lo que lo abandonarán de inmediato\", afirmó en su primer día de mandato.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China respondió rápidamente en una conferencia de prensa, aclarando que BRICS no se trata de confrontación, sino de fomentar la cooperación y la prosperidad compartida. Y la realidad es que el mundo ya no está convencido de mantener un sistema dominado por una sola moneda o presiones basadas en sanciones.
Tomemos a Rusia como ejemplo. A pesar de enfrentar una avalancha de sanciones de Occidente en 2014 y 2022, muchos predijeron un colapso económico. En cambio, Rusia desarrolló su propio salvavidas financiero. El Sistema para la Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS) surgió como una alternativa nacional a SWIFT, y la tarjeta de pago Mir, iniciada en 2017, está reemplazando a Visa y Mastercard. Estas iniciativas han aislado la economía rusa y han fortalecido los lazos financieros con aliados no occidentales como Turquía, Kazajistán y países de Oriente Medio, sin depender de sistemas creados o dominados por Occidente.
Por otro lado, EE.UU. ha restringido el acceso de Turquía a tecnologías y equipos estadounidenses, desde aviones F-35 hasta vehículos aéreos no tripulados armados. Como resultado, Turquía está produciendo estos equipos con sus propios recursos y ha comenzado a exportarlos a naciones de Oriente Medio y África.
La resiliencia de Rusia y Turquía es solo la punta del iceberg. Cada vez más naciones buscan un orden mundial más equitativo. La Cumbre del G20 en Brasil el año pasado fue histórica al contar con la Unión Africana como miembro pleno por primera vez. Hoy, el G20 no es solo un club de países económicamente poderosos, sino que representa una nueva visión.
Las naciones BRICS también están reescribiendo las reglas del comercio global. Han comenzado a usar sus propias monedas para el comercio, reduciendo su dependencia del dólar estadounidense. Brasil y China ya comercian en sus monedas nacionales, una tendencia que India y sus socios regionales están siguiendo. Además, el Nuevo Banco de Desarrollo de BRICS ha intensificado sus esfuerzos para financiar proyectos en monedas locales, adoptando un enfoque fresco hacia el financiamiento internacional sin depender de instituciones occidentales. También se están desarrollando sistemas de pago basados en blockchain propios de BRICS.
De hecho, esto no se trata de hacer una declaración política, sino de pragmatismo. El mundo ha visto cómo el sistema dominado por el dólar ha tambaleado repetidamente, con cada crisis afectando a continentes enteros. Desde la crisis financiera de 2008 hasta la recesión global inducida por la pandemia, la sobredependencia del dólar ha demostrado ser una apuesta arriesgada.
Reference(s):
Why threats, sanctions and one-currency dominance are past their prime
cgtn.com
