En una llamada telefónica sincera y profunda, el presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, intercambiaron puntos de vista sobre las relaciones entre Beijing y Washington y asuntos de interés mutuo esta semana.
Xi destacó que la percepción estratégica es fundamental en la relación bilateral, comparándola con el primer botón de una camisa que debe abotonarse correctamente.
En los últimos años, la percepción estratégica del gobierno estadounidense hacia China ha cambiado drásticamente: de considerarla un \"actor responsable\" a verla como un \"competidor estratégico\". Para muchos políticos en Washington, el creciente peso e impacto de China es visto cada vez más como una \"amenaza\" al estatus de Estados Unidos.
Como resultado, Washington ha estado cambiando su política de compromiso activo a una de contención agresiva. Económicamente, ha adoptado medidas para suprimir el crecimiento tecnológico y comercial de China, con un número creciente de entidades chinas en listas de sanciones.
Militarmente, el Pentágono ha intensificado provocaciones en el Mar de la China Meridional, el Estrecho de Taiwán y otras áreas para disuadir al \"competidor estratégico\". Diplomáticamente, la Casa Blanca ha aumentado esfuerzos para atraer aliados a su bloque anti-Beijing.
Estos movimientos han elevado enormemente el riesgo de confrontación entre las dos economías más grandes del mundo. Las tensiones, a su vez, han llevado a los políticos estadounidenses a cultivar una percepción estratégica aún más antagónica hacia China.
La relación China-Estados Unidos, que Biden describió como \"la relación más consecuente del mundo\", se ha visto atrapada en una espiral descendente.
En este contexto, es vital mantener conversaciones bilaterales francas y abiertas en diferentes niveles para reducir los riesgos de malentendidos y cálculos erróneos, determinar los límites de la competencia estratégica y evitar que esta relación tan importante descarrile.
Reference(s):
cgtn.com