Ya conoces el viejo dicho: Si arrojas una rana a agua hirviendo, saltará de inmediato. Pero si la pones en agua fría y subes el calor lentamente, la rana no lo notará hasta que sea demasiado tarde.
Resulta que lo mismo puede pasar con las economías. Mientras que la inflación repentina hace que todos entren en pánico y exijan medidas, las políticas lentas y sutiles pueden cocinar silenciosamente una economía sin que la mayoría lo note.
Cuando los precios se disparan, todos sentimos el impacto y presionamos a los líderes para que enfríen las cosas. Pero cuando los gobiernos comienzan a ajustar industrias específicas con aranceles, subsidios y regulaciones, es como subir el calor lentamente. Estos cambios pueden hacer que las economías sean menos flexibles y frenar el crecimiento, pero a menudo son demasiado sutiles como para causar un alboroto.
Mira a Estados Unidos ahora mismo. La inflación ha sido un tema candente, y la administración del presidente Joe Biden dice que está trabajando para mantener los precios bajo control. Pero al mismo tiempo, han aumentado el gasto público con la Ley de Reducción de la Inflación (¿nombre curioso, no? ) y mantenido los aranceles sobre el acero y el aluminio que fueron establecidos por la administración anterior.
Estos aranceles significan costos más altos para las industrias que usan mucho acero, como los fabricantes de automóviles. Y mientras algunas industrias reciben subsidios y exenciones fiscales (te estamos mirando a ti, fabricantes de vehículos eléctricos ), otras enfrentan nuevos aranceles, como los de los paneles solares, ¡incluso cuando se supone que estamos salvando el planeta!
Además, el gobierno está limitando los precios de ciertos medicamentos con receta, lo que suena bien, pero podría provocar escasez o ralentizar la creación de medicamentos más baratos.
Todas estas políticas específicas pueden parecer pequeñas por sí solas, pero juntas están subiendo la temperatura en la economía de EE. UU. Es posible que las personas no lo noten ahora, pero para cuando lo hagan, la economía ya podría estar sintiendo el impacto.
Así que, al igual que la rana desprevenida, una economía puede cocinarse si no prestamos atención a estos cambios graduales. Es un recordatorio de que debemos vigilar no solo los grandes cambios repentinos, sino también los lentos y constantes.
Reference(s):
cgtn.com