¡Hola, amigos! ¿Sabían que mientras estamos viendo nuestras series favoritas y desplazándonos por memes, una crisis silenciosa se está desarrollando en los países más pobres del mundo?
Imaginen vivir con menos de $1,000 al año. Esa es la realidad para personas en 28 países cuyas economías combinadas son solo una gota en el océano global de $100 billones. Estas naciones a menudo son ignoradas porque no impactan significativamente la economía mundial. Pero aquí está el dato impactante: alrededor de 700 millones de personas viven en estos países, y la mitad de ellas están en pobreza extrema.
Muchos de estos países están atrapados en ciclos de conflicto e inestabilidad. En lugar de invertir en atención médica y apoyar a los más vulnerables, los gobiernos están gastando un 50% más en guerra y defensa. Casi la mitad de sus presupuestos se destina a salarios del sector público y al pago de deudas, dejando solo una pequeña parte—alrededor del 3%—para ayudar a quienes más lo necesitan. ¡Eso es una décima parte de lo que gastan otros países en desarrollo!
¿El resultado? Una tragedia humana difícil de ignorar. Indicadores clave como la mortalidad materna son un 25% más altos ahora que en el año 2000. El acceso a la electricidad ha caído del 52% al 40%. Y la esperanza de vida promedio es de solo 62 años.
Pero espera, hay más. Los países más ricos están siendo menos generosos. Incluso antes de la pandemia, la ayuda a estas naciones ya estaba disminuyendo, especialmente en África Subsahariana. Ahora, más ayuda se está redirigiendo para manejar oleadas de refugiados en los países más ricos, dejando a las naciones más pobres con aún menos recursos para recuperarse.
Para finales de 2024, se espera que el ingreso promedio en estos países sea un 13% más bajo de lo que se pensaba antes de que golpeara la pandemia. Los gobiernos se están hundiendo más en deudas con altas tasas de interés. Las proporciones deuda-PIB se han disparado del 36% en 2011 al 67% el año pasado—el nivel más alto desde 2005. Catorce países ahora están en alto riesgo de crisis de deuda, el doble de lo que había hace ocho años.
A medida que los líderes globales se reúnen en la Cumbre de los ODS 2023 de las Naciones Unidas en Nueva York, es hora de poner el foco en esta crisis. No olvidemos la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: llegar primero a los más rezagados. Es crucial que las naciones más ricas tomen medidas y ayuden a terminar con la miseria en su origen, no solo a manejar los síntomas.
Todos podemos hacer nuestra parte manteniéndonos informados y alzando nuestras voces. ¡Volvamos nuestra atención a quienes más lo necesitan y marquemos la diferencia!
Reference(s):
cgtn.com