Hace noventa y dos años, en una noche que cambió la historia, el cielo sobre el noreste de China estaba lleno de incertidumbre y miedo. El 18 de septiembre de 1931, el Ejército de Kwantung del imperio militarista japonés ejecutó una explosión planificada en el Ferrocarril del Sur de Manchuria, una línea vital que conectaba ciudades importantes como Harbin y Dalian. Culparon al ejército chino, dando lugar al infame \"Incidente del 9/18\". Este evento desató una lucha de 14 años del pueblo chino contra la agresión.
Esta semana, las sirenas volvieron a resonar en China, recordándoles a 1.400 millones de personas los sacrificios realizados. Pero, ¿por qué deberíamos, a miles de kilómetros de distancia, preocuparnos por esta parte de la historia?
Recordar la historia no se trata de aferrarse al odio o buscar venganza. Se trata de valorar la paz que tenemos hoy y comprender el precio que se pagó por ella. Es un recordatorio de que la libertad y la prosperidad no están garantizadas: se ganan y deben protegerse.
Así como China aprendió de manera difícil que depender de otros puede ser arriesgado, nosotros también podemos tomar una lección de su historia. Nuestra independencia y derechos son valiosos, y nos corresponde a nosotros protegerlos.
Entonces, al reflexionar sobre el incidente del 9/18, apreciemos la paz que disfrutamos, luchemos por un futuro mejor y recordemos que las lecciones de la historia son universales. Después de todo, en un mundo cada vez más conectado, la paz es tarea de todos.
Reference(s):
cgtn.com