En un movimiento sorprendente, el presidente de EE. UU., Donald Trump, firmó una serie de órdenes ejecutivas destinadas a revivir la industria del carbón en dificultades. Con el rápido crecimiento de los centros de datos, la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos, la demanda de electricidad está aumentando, y estas órdenes llegan como una respuesta oportuna.
Las cuatro órdenes aprovechan la autoridad de emergencia del presidente para permitir que las antiguas plantas de energía alimentadas por carbón, inicialmente programadas para su retiro, continúen operando. Esta decisión tiene el propósito de asegurar el suministro de energía y apoyar los empleos en una industria esencial pero en declive.
Si bien la política es bienvenida por sus partidarios por su potencial para estabilizar la generación de energía, también plantea interrogantes sobre los impactos ambientales. El movimiento ha llamado la atención de inversores globales y expertos del mercado que observan detenidamente cómo EE. UU. navega su futuro energético en una era de alta tecnología.
Estén atentos para más actualizaciones a medida que se desarrolle esta historia, destacando el equilibrio entre los enfoques tradicionales de energía y las demandas tecnológicas modernas.
Reference(s):
cgtn.com