En el corazón del río Amazonas 🌿, Marciano Flores, un pescador de 69 años, se encuentra con el agua hasta las rodillas donde antes esta lo sobrepasaba. Marciano, miembro de la comunidad indígena Cocama, ha pasado su vida descifrando los secretos del río, sabiendo exactamente dónde lanzar las redes para obtener una buena pesca para el mercado.
Pero ahora, las cosas han cambiado. \"La sequía me ha golpeado fuerte,\" suspira Marciano. \"Cuando el agua está baja, los peces mueren, así que no hay nada que pescar.\" Su red a menudo regresa vacía, obligándolo a él y a su tripulación a ir más río abajo en busca de peces 🐟, gastando más en combustible y tiempo.
Hace apenas un año, estar parado en este lugar habría sido imposible: el río estaba muy por encima de su cabeza 🌊. Ahora, el Amazonas está en los niveles más bajos que Marciano haya visto, y está afectando a las comunidades indígenas que dependen de él.
La sequía extrema es más que una falta de agua; es una crisis que amenaza el modo de vida de personas como Marciano. La disminución de la población de peces significa no solo menos comida, sino también menos ingresos 💰, haciendo cada día más difícil sobrevivir.
Esto no es solo un problema medioambiental; es humano, afectando a familias y culturas que han prosperado junto al río durante generaciones. El río Amazonas es el motor de vida de estas comunidades, y su agotamiento es un llamado de atención 🌍.
Mientras Marciano y otros luchan por adaptarse, su historia destaca la urgente necesidad de abordar los desafíos medioambientales que enfrenta nuestro mundo. Es hora de escuchar y actuar por el bien de nuestro planeta y de las personas que dependen de él 🌱.
Reference(s):
In Colombia, extreme drought falls hard on Indigenous communities
cgtn.com
