Imagínate salir adelante acostándote en una cama médica dos veces por semana, viendo cómo tu plasma fluye hacia una máquina. Para muchos inmigrantes como Eleazar Sánchez, esta es una realidad en Estados Unidos 🇺🇸.
En América, la sangre significa un gran negocio. Los productos derivados de la sangre representan el 2.69% de las exportaciones totales, y EE.UU. suministra un asombroso 94% del plasma pagado utilizado en todo el mundo 🌍. Mientras que la mayoría de los países prohíben las donaciones de sangre remuneradas, EE.UU. permite a las personas \"donar\" plasma hasta 104 veces al año, ofreciendo un promedio de $35 a $65 por visita 💵.
Eleazar, un inmigrante mexicano que trabaja como asistente en un hogar de ancianos, gana $1,200 al mes. Pero con el alto costo de vida, eso no es suficiente para mantener a su familia. Para salir adelante, él \"dona\" plasma dos veces por semana, ganando $500 adicionales al mes. \"Es útil, una ayuda extra, pero es algo que no quiero hacer para siempre,\" dice.
No está solo. Muchos otros se encuentran recurriendo a los centros de donación de plasma para pagar las cuentas y cubrir la renta 🏠. Es una economía oculta que depende de la sangre de aquellos que luchan por sobrevivir.
Si bien la donación de plasma puede ser una línea de vida para muchos, también plantea preguntas sobre la explotación y la ética de lucrar con el plasma humano. A medida que la demanda de plasma continúa en aumento, también lo hace la dependencia de las poblaciones más vulnerables para cubrir esa necesidad.
¿Será este el trabajo paralelo del futuro, o un síntoma de problemas económicos más profundos? 🤔 Solo el tiempo lo dirá.
Reference(s):
cgtn.com