đź’‰ Eleazar Sánchez, un inmigrante mexicano en Estados Unidos, tiene una rutina que pocos imaginarĂan. Dos veces por semana, se dirige al centro de donaciĂłn de plasma para obtener un ingreso extra que le permite mantener a su familia.
Con un sueldo de $1,200 al mes trabajando como asistente en un hogar de ancianos, Eleazar lucha para cubrir los gastos básicos. \"El dinero no alcanza\", confiesa. Por eso, desde hace más de un año, dona plasma regularmente, recibiendo entre $35 y $65 por visita, sumando alrededor de $500 mensuales. 💵
No es el Ăşnico. Muchos otros siguen el mismo camino, aprovechando que en EE.UU. es legal donar plasma hasta 104 veces al año. Mientras en otros paĂses esta práctica está prohibida, en AmĂ©rica se ha convertido en un negocio millonario, representando el 2.69% de las exportaciones totales y suministrando el 94% del plasma pagado en todo el mundo.
Eleazar espera que esta situación sea temporal. \"Es una ayuda extra, pero no quiero hacerlo para siempre\", dice con esperanza. 🌟
Esta es una realidad que refleja las dificultades que enfrentan muchos inmigrantes en busca del sueño americano. 🗽❤️
Reference(s):
cgtn.com




