En medio del caos y la incertidumbre en Siria, una joven brilla con luz propia. Nazik Al-Ali, de 22 años, desafía las bombas y la pandemia para seguir su sueño de convertirse en bailarina de ballet.
Desde niña, Nazik sintió una conexión especial con la danza. A pesar de las dificultades y la falta de comprensión en su comunidad, nunca ha dejado que nada la detenga. \"Cuando bailo, siento que puedo traer paz al mundo\", dice con una sonrisa que ilumina cualquier habitación.
Con cada arabesco y pirueta, Nazik no solo desafía la gravedad, sino también las adversidades que la rodean. Su pasión es más fuerte que el sonido de las explosiones y más contagiosa que cualquier virus.
Ella espera inspirar a otros jóvenes a perseguir sus sueños, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias. \"La danza es mi forma de resistir y de mostrar que la belleza aún existe\", afirma con determinación.
En un lugar donde la guerra ha intentado apagar las sonrisas, Nazik se alza como un cisne que, elegante y fuerte, sigue adelante contra viento y marea.
Su historia nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la esperanza y la belleza. Y que, a veces, un simple paso de baile puede cambiar el mundo.
Reference(s):
cgtn.com