Hace diez meses, llegué a China con ganas de capturar sus vistas y sonidos. Pero pronto me di cuenta de que la vida aquà tiene su propio ritmouno que te invita a desacelerar, sintonizar y realmente notar.
Desde paseos al atardecer por los sinuosos hutongs de Beijing hasta la tranquila presencia de bicicletas "solitarias" 🚲 que salpican las calles, cada momento susurraba una invitaciĂłn: detente y observa. Compartir un crujiente y dulce tanghulu 🍡 con amigos bajo el brillo de las linternas se sentĂa como una mini celebraciĂłn de tomar las cosas con calma.
En la costera Qingdao, las suaves notas de un piano en el paseo marĂtimo 🎹 me llevaron de vuelta a recuerdos de infancia, mezclando nostalgia con la brisa del mar. Y en el antiguo pueblo acuático de Tongli, los suaves paseos en bote bajo los sauces ⛵ me enseñaron que la belleza a menudo se revela en el suave chapoteo del agua al anochecer.
Es una lecciĂłn arraigada en filosofĂas centenariasla armonĂa con la naturaleza del taoĂsmo, el enfoque en la vida consciente del confucianismoque continĂşan dando forma a la vida diaria en ciudades y aldeas de todo el paĂs. AquĂ, notar no es solo ver; es abrir los sentidos a la cultura, la historia y el simple gozo de estar presente.
Este viaje de periodismo pausado nos recuerda que a veces, las historias más memorables se desarrollan en los momentos más tranquilos. Asà que la próxima vez que te sientas apresurado, respira, mira a tu alrededor y deja que el mundo cambie tu ritmo. Puede que encuentres una nueva forma de very vivir.
Reference(s):
cgtn.com




