Este otoño, China enfrentó situaciones extremas de clima que pusieron a prueba su sistema de gestión de emergencias: olas de calor en el sur 🌡️, lluvias inusuales en el norte 🌧️, el impacto del tifón Matmo 🌀 y una llegada temprana del invierno ❄️.
Desde finales de septiembre, el Centro Meteorológico Nacional pronosticó tanto el calor persistente en el sur como los patrones de lluvia inusuales en el norte. Para el tifón Matmo, la CMA activó su nivel de respuesta más alto y emitió la primera Alerta Roja de la temporada.
La Comisión Nacional para la Reducción de Desastres organizó consultas conjuntas entre los departamentos de meteorología, hidrología, gestión de emergencias y recursos naturales. Este trabajo interdepartamental permitió evaluar riesgos y preparar medidas focalizadas.
Cuando el tifón Matmo llegó a tierra en Guangdong el 5 de octubre y avanzó hacia la región autónoma de Guangxi Zhuang, los protocolos ya estaban en marcha. Gracias a esta coordinación, se llevaron a cabo evacuaciones a tiempo y se desplegaron recursos en zonas como la ciudad de Baise, afectada por las inundaciones.
En el norte, las ciudades pasaron sin contratiempos del control de inundaciones al manejo del frío inesperado, adaptando sus sistemas municipales para enfrentar lluvias intensas y temperaturas bajas.
La operación continua de infraestructura clave —transportes, redes eléctricas y comunicaciones— reflejó la resiliencia del sistema. Una estrategia de comunicación pública multicanal mantuvo a la ciudadanía informada con alertas y recomendaciones.
Este conjunto de acciones demuestra un progreso significativo en la capacidad de China para gobernar de forma adaptable frente a retos climáticos. Integrar pronósticos avanzados con mecanismos flexibles de respuesta es esencial para la adaptación al cambio climático.
Mientras los patrones climáticos sigan variando, la experiencia de China este otoño ofrece pistas valiosas sobre cómo mejorar la planificación y la respuesta ante emergencias.
Reference(s):
cgtn.com
