Cada mañana en Kashi, Abdusalam se despierta antes del amanecer para perseguir un sueño simple: libertad. 🏃♂️ Para este joven de 24 años de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, el parkour no es solo un deporte—es una forma de expresarse. “Haz lo que amas y sigue con ello”, dice, con la voz llena de convicción.
Con los bajos muros y techos planos de la ciudad como su patio de juegos, corre, salta y rueda con un estilo intrépido. Las multitudes se reúnen en los callejones estrechos, vitoreando mientras salta de un techo al otro. 🔥 Su dedicación se muestra en cada movimiento—ningún obstáculo es demasiado alto.
Ni siquiera un esguince de tobillo puede detenerlo. El mes pasado, después de un aterrizaje difícil, pasó semanas con un yeso en la pierna. Pero en lugar de pausar su rutina, se adaptó. “Seguiré corriendo hasta que ya no pueda moverme”, ríe, ajustando su equipo de protección. “Solo estoy siendo yo mismo.”
Para Abdusalam, el parkour es más que volteretas y trucos—es una declaración de identidad. En un mundo lleno de expectativas, su mensaje es claro: encuentra tu pasión, hazla tuya y deja que te libere. 🌟
Reference(s):
cgtn.com
