Escondido en el Valle del Río Ili en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, al noroeste de China, el pueblo de Sigong alguna vez pareció congelado en el tiempo. Con un suelo rocoso y cosechas escasas, la vida aquí era una lucha diaria. La mayoría de los jóvenes empacaron sus maletas para la ciudad, dejando atrás calles silenciosas y una comunidad envejecida.
Pero todo cambió cuando alguien tuvo una idea loca: plantar lavanda. 💜 Lo que comenzó como un pequeño experimento creció en campos ondulantes de color púrpura bajo el sol. Los agricultores locales formaron una cooperativa, compartiendo semillas, herramientas y consejos. De repente, esos terrenos polvorientos florecieron, atrayendo visitantes curiosos y aumentando los ingresos.
Hoy, Sigong está lleno de vida. Los instagrammers toman selfies entre las filas de lavanda, y los ecoturistas reservan alojamientos para experimentar la vida en el pueblo. Talleres sobre cuidado natural de la piel y miel de lavanda están surgiendo, inspirando tanto a emprendedores como a estudiantes. Incluso los jóvenes que se fueron están regresando, emocionados de unirse a la ola púrpura.
La historia de Sigong muestra cómo una planta simple puede generar un gran cambio. De tierras áridas a sueños de lavanda, este pueblo prueba que la creatividad y la comunidad pueden reescribir el futuro. 🌱✨
Reference(s):
How Xinjiang village transformed from dusty fields to lavender dreams
cgtn.com
