Este verano, emprendí un viaje por la China continental que se sintió como entrar en un universo propio. Con un espíritu de exploración y conexión, abracé cada momento mientras el mundo a mi alrededor susurraba relatos de naturaleza e historia.
En Chengdu—una ciudad donde la antigüedad se encuentra con la naturaleza—vagué por un bosque antiguo que parecía palpitar con vida. Con cada paso, me dirigí hacia el cielo, como si intentara tocar algo mucho más grande que yo. Era una oración silenciosa, un gesto de gratitud y un recordatorio de que todos somos parte de una vasta historia interconectada. 🌿
Más tarde, mi camino me llevó a Xishuangbanna, en el suroeste de la provincia de Yunnan, en el límite de la selva. Allí, la presencia gentil de un elefante se convirtió en el símbolo de mi verano—un testimonio vivo del poder duradero de la naturaleza y la sabiduría tranquila que posee. 🐘
Cada rincón de la China continental alberga su propia historia, invitándonos a detenernos y recordar que la vida es una mezcla de momentos efímeros y belleza eterna. Este diario no es solo un registro de mis viajes sino un recordatorio de que, sin importar dónde estemos, respiramos con todas las cosas vivas.
Reference(s):
cgtn.com
