En Hangzhou, la suave lluvia transforma la ciudad en una obra maestra serena: cada gota se siente como un cálido sorbo de té Longjing. El famoso Lago del Oeste luce un delicado velo de niebla mientras las ondas besan tiernamente sus antiguos puentes de piedra.
Locales y visitantes internacionales deambulan por este escenario encantador, cada paso revelando un panorama tan vívido como un paisaje pintado con los propios verdes de la naturaleza. El atractivo eterno de la dinastía Song despierta silenciosamente en medio del llovizno, fusionando historia con encanto moderno.
Para los jóvenes exploradores y los amantes de la cultura, el ambiente lluvioso de Hangzhou inspira un viaje de descubrimiento—donde el arte, la historia y la naturaleza convergen armoniosamente en un momento de pura magia.
Reference(s):
cgtn.com