En una historia que mezcla misterio con historia, los Manuscritos de Seda de Chu han cautivado tanto a académicos como a entusiastas de la cultura. Con una antigüedad de aproximadamente 2,300 años, superando incluso a los famosos Rollos del Mar Muerto, estos antiguos textos de seda revelan la cosmología y los rituales chinos tempranos con detalle intrincado. Su viaje comenzó en el invierno de 1942, cuando saqueadores de tumbas en Changsha, Provincia de Hunan, irrumpieron en una tumba de los Estados Combatientes, robando no solo objetos de laca y espadas de bronce, sino también una pieza de seda aparentemente modesta contenida en un recipiente de bambú.
La seda, que en su momento fue descartada como un simple "pañuelo," resultó ser los valiosos Manuscritos de Seda de Chu provenientes de Zidanku, un sitio de excavación cuyo nombre significa "el almacén de balas." A lo largo de los años, este relicto cultural soportó una historia turbulenta marcada por el desconocimiento y el caos de la guerra. El comerciante local Cai Jixiang, quien valoraba profundamente los manuscritos, los llevó a Shanghái en 1946 con la esperanza de restaurar su texto desvanecido mediante fotografía infrarroja. Sin embargo, bajo el pretexto de recibir ayuda fotográfica, el coleccionista estadounidense John Hadley Cox contrabandeó los manuscritos al Museo Nacional de Arte Asiático del Smithsonian, marcando el inicio de su exilio de casi 80 años.
Décadas de investigación meticulosa por parte de académicos como el profesor Li Ling de la Universidad de Pekín han reconstruido la historia del manuscrito, proporcionando evidencia clara de que estos antiguos tesoros pertenecen legítimamente a China. Para un público joven y culturalmente curioso en toda América Latina, esta épica saga es más que un relato histórico: es un recordatorio de la importancia de preservar y recuperar nuestro patrimonio global. 📜✨
Reference(s):
cgtn.com