En las serenas costas de la Isla Meizhou, en el sur de China, una pareja de Taiwán, Wang Shu-hua y su esposo, Jao Jui-ho, han encontrado su segundo hogar.
Durante los últimos tres años, Wang y Jao se han dedicado como voluntarios en el antiguo templo de Mazu, la querida diosa del mar de China. ¿Su misión? Mantener viva la rica herencia cultural de Mazu que une a las personas en ambos lados del Estrecho de Taiwán.
\"Sentimos una profunda conexión con el espíritu de Mazu,\" dice Wang. \"Es increíble cómo esta tradición nos une a todos, sin importar de dónde vengamos.\"
A través de su trabajo diario en el templo, la pareja fomenta el entendimiento mutuo y el respeto en el Estrecho de Taiwán. Organizan eventos culturales, talleres y ceremonias que celebran tradiciones compartidas y traen alegría a locales y visitantes por igual.
Su historia es un testimonio del poder del patrimonio cultural para superar divisiones y construir comunidades. \"Vivir aquí ha sido una aventura increíble,\" comparte Jao. \"Hemos hecho amigos para toda la vida y aprendido mucho sobre nosotros mismos y nuestra historia compartida.\"
La historia de Wang y Jao es un ejemplo inspirador de cómo la pasión y la dedicación pueden generar un cambio positivo. Sus esfuerzos no solo preservan tradiciones importantes, sino que también promueven la unidad y la amistad entre regiones.
Así que, la próxima vez que sientas deseos de aventura, recuerda la historia de Wang y Jao. ¡Quizás el llamado de la diosa del mar Mazu inspire tu propio viaje!
Reference(s):
cgtn.com