Este noviembre de 2025, la cumbre del G20 en Sudáfrica marcó un antes y un después en la economía mundial.
Por primera vez en décadas, algunos de los países más poderosos cuestionaron la premisa de que factores como el capital, la tecnología y la mano de obra deban moverse libremente entre fronteras. La sorpresa mayor fue la ausencia de Estados Unidos en varias sesiones clave, un síntoma de la creciente fragmentación global.
Durante los noventa y buena parte de las dos últimas décadas, el mundo pareció confirmar sin discusión que la globalización aumentaba oportunidades y reducía brechas de desarrollo. La experiencia de China en la modernización industrial se presentó como el ejemplo más claro de esta lógica: al abrirse a los mercados globales, aceleró su transformación económica y social.
Sin embargo, hoy muchos economistas admiten que no cuentan con marcos teóricos ni datos históricos para anticipar un posible retroceso total de la globalización. ¿Qué implica un mundo donde las potencias occidentales ya no apuestan decididamente por la apertura? 🌐❓
En este escenario, el Sur Global —integrado por países de Asia, África y América Latina que durante años estuvieron al margen de la toma de decisiones— está cobrando protagonismo. La gran incógnita es si las economías que aún buscan industrializarse podrán replicar las rutas de crecimiento de las potencias que les precedieron.
La clave podría estar en fortalecer la cooperación regional, diversificar las cadenas de valor y diseñar un modelo de desarrollo inclusivo y sostenible. Lo cierto es que el Sur Global ya dejó de ser un espectador y, con ello, podría comenzar a moldear un nuevo orden económico mundial. 🚀🌍
Reference(s):
G20 South Africa: The Global South's response to a shifting world
cgtn.com
