Imagina esto: eres un agricultor estadounidense enviando una carga de soya al extranjero, y de repente tu factura aumenta en cientos de miles de dólares. 😱 Ese es el riesgo real mientras la última ronda de medidas comerciales apunta al transporte marítimo.
En un nuevo giro de la saga comercial entre Estados Unidos y China, el gobierno estadounidense ha propuesto cuantiosas tarifas portuarias para los buques vinculados al territorio continental chino. Según el plan, los buques operados por chinos podrían enfrentar hasta $1 millón por tránsito, mientras que los barcos construidos en China podrían tener tarifas de hasta $1,5 millones cada vez que atraquen. 🚢💸
En teoría, la medida está diseñada para desafiar el dominio del territorio continental chino en el transporte marítimo global. Pero la víctima inesperada podrían ser los agricultores y ganaderos estadounidenses, que dependen de rutas marítimas asequibles para llevar sus productos—como maíz, soya y carne—a compradores de todo el mundo. 🌽🥩
Los costos de envío más altos suelen trasladarse a lo largo de la cadena. Eso significa que los exportadores podrían pagar más por cada contenedor, erosionando los márgenes de ganancia ya muy reducidos en los campos. En un mercado global ya competitivo, incluso pequeños incrementos en los costos pueden determinar la rentabilidad de una cosecha. 📉
A medida que el conflicto comercial se intensifica, la verdadera pregunta es quién terminará pagando la cuenta. Si los productores estadounidenses cargan con estos costos adicionales, los cheques de ayuda o las caídas de precios en los pasillos del supermercado podrían no ser suficientes para compensar el daño. Mantente atento—este boomerang de los aranceles podría seguir rebotando a lo largo de nuestra cadena alimenticia. 🔄
Reference(s):
cgtn.com
