El alto el fuego de varias semanas en Gaza parece tambalearse mientras Israel considera extender la primera fase del acuerdo, respaldado por un plan apoyado por Estados Unidos. Mientras tanto, Hamás está presionando para entablar conversaciones que pongan fin al conflicto de manera permanente, revelando una brecha significativa en los esfuerzos de paz. 🤝🕊️
El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu se encuentra en una posición difícil, equilibrando cálculos políticos con una creciente presión pública. Su gobierno enfrenta un escrutinio implacable por parte de socios de la coalición de extrema derecha que demandan una "victoria total" sobre Hamás, dejando poco espacio para el compromiso. 🔥🇮🇱
El Ministro de Finanzas Bezalel Smotrich y otros políticos de extrema derecha, como Itamar Ben-Gvir, han dejado claro que cualquier desviación de su postura actual—insistiendo en que Hamás debe liberar más rehenes antes de cualquier concesión—podría amenazar la estabilidad del gobierno. Sus posiciones intransigentes han llevado a renuncias y aumentado las tensiones internas.
A pesar del caos político, el apoyo público al alto el fuego va en aumento. Una encuesta de febrero realizada por el medio israelí Channel 12 encontró que el 70% de los israelíes respaldan la segunda fase del alto el fuego, incluido el 54% de los partidarios de la coalición de derecha. 📊✨
Las manifestaciones contra la guerra están cobrando fuerza en todo el país, resaltando el costo emocional del conflicto. Las familias de los rehenes y activistas han sido vocales, exigiendo que el gobierno de Netanyahu priorice el regreso seguro de sus seres queridos sobre las operaciones militares continuas.
Por otro lado, Hamás sigue firme en su postura. El portavoz de Hamás Hazem Qassem declaró que "extender la primera fase del acuerdo en el formato que Israel quiere es inaceptable para la organización," enfatizando la necesidad de negociaciones inmediatas hacia un acuerdo de paz integral que asegure la retirada completa de Israel de Gaza y la liberación de todos los cautivos restantes.
La postura pro-Israel fuerte de los Estados Unidos añade otra capa de complejidad a las negociaciones. La propuesta apoyada por Estados Unidos sugiere extender la primera fase del alto el fuego, lo que algunos argumentan permite a Israel retrasar el cumplimiento del acuerdo de tregua original. Además, propuestas como las del expresidente Donald Trump para tomar el control de Gaza han intensificado las tensiones regionales, haciendo el compromiso aún más desafiante.
En contraste, los estados árabes han rechazado la posición de Washington. En una cumbre de emergencia, los líderes árabes introdujeron un plan de reconstrucción postguerra de $53 mil millones para Gaza, destinado a prevenir el desplazamiento de palestinos y establecer un comité administrativo de tecnócratas palestinos para gobernar la región. Aunque Hamás acogió la propuesta, Estados Unidos e Israel la rechazaron, citando preocupaciones de que dejaría a Hamás en el poder.
La demanda firme de Netanyahu para el desmantelamiento completo de Hamás no es solo una estrategia militar, sino también un movimiento para asegurar su futuro político. Enfrentando cargos de corrupción y una coalición fracturada, Netanyahu se presenta como un defensor fuerte de la seguridad nacional, una postura que atrae a sus aliados de extrema derecha y a una porción significativa del electorado. Los críticos argumentan que su negativa a negociar de manera que podría dejar a Hamás intacto se debe tanto a mantener su poder político como a lograr objetivos de seguridad.
A medida que el conflicto continúa, el camino hacia la paz sigue lleno de desafíos. Equilibrar las presiones políticas, las demandas públicas y las influencias internacionales será crucial para determinar si se puede lograr un alto el fuego duradero en Gaza. 🌎✌️
Reference(s):
cgtn.com