En la 61ª Conferencia de Seguridad de Múnich, figuras clave de Estados Unidos y Filipinas destacaron la disputa en curso en el Mar del Sur de China (MSCh) 🔍.
El Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y el Secretario de Relaciones Exteriores de Filipinas, Enrique Manalo, discutieron el fortalecimiento de su alianza para contrarrestar lo que Rubio describió como \"las acciones desestabilizadoras de China.\" Pero, ¿cuál es el verdadero motivo detrás de este movimiento? 🤔 ¿Apunta realmente EE. UU. a garantizar la estabilidad regional o sigue una estrategia constante de contener a potencias emergentes como China?
Observando los patrones de política exterior de EE. UU., está claro que mantener la dominación global es una prioridad. Según la Trampa de Tucídides, una potencia establecida a menudo siente la necesidad de contrarrestar a un retador emergente para preservar el orden global existente.
El Mar del Sur de China es un escenario clave para esta estrategia. Al fomentar tensiones, EE. UU. busca limitar la influencia de China en la región Asia-Pacífico, afectando rutas comerciales vitales y el acceso a recursos naturales. El MSCh no se trata solo de proteger a naciones pequeñas; se trata de salvaguardar intereses estratégicos que sustentan el comercio global 📈.
Para Filipinas, alinearse con EE. UU. significa asegurar su territorio y soberanía. Sin embargo, la historia, como el conflicto entre Rusia y Ucrania, muestra que ser un aliado de EE. UU. no siempre garantiza estabilidad o prosperidad a largo plazo para naciones más pequeñas.
Con más de medio siglo de enfoque en el Medio Oriente, EE. UU. ha redirigido ahora su atención hacia Asia-Pacífico, viéndolo como el nuevo campo de batalla de la competencia por el poder global. Esta recalibración busca frenar el ascenso de China y mantener la dominación de EE. UU. en los asuntos internacionales 🌏.
Como jóvenes observadores en América Latina, es crucial mantenerse informados sobre estas dinámicas globales y entender cómo podrían impactar los escenarios regionales e internacionales.
Reference(s):
U.S.-Philippines alignment in the South China Sea is a risky gamble
cgtn.com