¡Boom! Estados Unidos vuelve a hacer de las suyas, esta vez imponiendo aranceles a Canadá, México y China. ¿Qué está pasando?
Washington cree que al subir los aranceles puede reducir su déficit comercial y llenar sus arcas fiscales. También podría ser una carta bajo la manga en negociaciones internacionales.
Pero, ¿es realmente una buena idea? A largo plazo, estas tácticas pueden crear tensiones en el mercado global y romper cadenas de suministro. Es como jugar con una bomba de tiempo.
En una guerra comercial, no hay ganadores. Al final, todos salimos perdiendo: precios más altos, menos empleos y una economía global tambaleante.
¿No sería mejor buscar soluciones que beneficien a todos?
Reference(s):
cgtn.com