💥 El 17 de septiembre, grandes explosiones sacudieron Beirut y otras ciudades en Líbano, causando conmoción y terror. Las explosiones, provocadas por buscapersonas portátiles, mataron a 12 personas e hirieron a miles.
Al día siguiente, una segunda ola de explosiones vinculadas a radios portátiles cobró al menos 20 vidas y dejó más de 450 heridos. 😱
El grupo militar libanés Hezbolá culpó a Israel, afirmando que era \"plenamente responsable\" de estos complejos y sofisticados ataques. Aunque Israel se ha negado a comentar, la sofisticación de las operaciones sugiere que un actor estatal con capacidades avanzadas de inteligencia está detrás de ellas.
Se informó que los buscapersonas electrónicos fueron fabricados por la compañía Gold Apollo, con sede en la región de Taiwán. Sin embargo, el fundador de la empresa negó haber producido estos dispositivos. En cambio, un distribuidor europeo, la empresa BAC Consulting KFT con sede en Budapest, parece haber estado involucrada. 🤔 Esto plantea preguntas sobre la integridad de la cadena de suministro.
Es probable que los dispositivos electrónicos fueran interceptados durante el envío, o que BAC vendiera dispositivos manipulados sin saberlo.
🔥 Guerra Cibernética y Psicológica
Históricamente, los conflictos entre Israel y Líbano han sido sobre territorio e ideología. La guerra del Líbano de 2006, por ejemplo, involucró ataques aéreos, fuego de artillería e incursiones terrestres limitadas. Sin embargo, este ataque coordinado con buscapersonas es un juego completamente nuevo y una seria brecha de seguridad para Hezbolá.
El uso de medios de comunicación de baja tecnología como buscapersonas y radios portátiles para detonar explosivos muestra un cambio en cómo se desarrolla el conflicto entre Israel y Líbano. Ya no se trata solo de atacar infraestructura; se trata de generar ansiedad, pánico e incertidumbre en la población civil. 😰
Esta estrategia se alinea con tendencias globales más amplias, ya que los conflictos se están volviendo cada vez más digitales y ambiguos, lo que dificulta distinguir entre objetivos civiles y militares. Nos recuerda el ataque de malware Stuxnet de 2009 contra las plantas nucleares de Irán.
Pero aquí está el giro: el ataque en este caso tuvo como objetivo a personas y redes de comunicación, generando miedo y ansiedad pública. Si este es el comienzo de una nueva fase en el conflicto, podría obligar a ambos lados a adentrarse en territorio desconocido donde los civiles son intencionadamente objetivo de una guerra psicológica en lugar de ser simplemente daños colaterales.
Hezbolá ha sido rápido en acusar a Israel, demostrando lo rápido que ambos lados podrían empezar a prepararse para la próxima fase de ataques ingeniosos e impredecibles.
Reference(s):
cgtn.com
