Con la llegada del otoño al continente chino, los agricultores abrazan una espléndida tradición: secar al sol sus abundantes cosechas. Por todo el campo, los techos y patios estallan en vibrantes mosaicos, convirtiendo aldeas ordinarias en impresionantes tapices de color.
Desde brillantes mazorcas doradas hasta ardientes pimientos rojos
, cada superficie disponible se convierte en un lienzo. No se trata solo de preservar alimentos para los meses fríos, ¡es una celebración de abundancia y un festín para la vista!
Esta práctica ancestral no solo asegura que nada se desperdicie; también une a las comunidades. Los vecinos comparten historias, las risas resuenan en los campos, y hay un sentido de orgullo al mostrar los frutos de su trabajo. ¡Es como una exposición de arte de la naturaleza!
Así que la próxima vez que pienses en tradiciones de otoño, recuerda a los granjeros de China que, con simples prácticas, crean un espectáculo deslumbrante que captura el corazón y la imaginación.
Reference(s):
cgtn.com