Esta semana, las intensas lluvias monzónicas y dos ciclones tropicales han desatado inundaciones devastadoras en Indonesia, Sri Lanka, Tailandia y Malasia, dejando un saldo superior a 1.200 vidas perdidas 🌧️.
El agua llegó sin aviso, arrasando poblados y obligando a más de un millón de personas a evacuar. El cambio climático agrava estos fenómenos: una atmósfera más cálida retiene más vapor y los océanos más calientes potencian las tormentas 🌊🔥.
Aunque las aguas ya comienzan a retroceder, miles de familias viven en refugios improvisados, luchando por conseguir agua potable, alimentos y un lugar seco donde dormir.
El gobierno de Indonesia declaró el envío de 34.000 toneladas de arroz y 6,8 millones de litros de aceite de cocina a Aceh, Sumatra Norte y Sumatra Occidental. "No puede haber demoras", advirtió el ministro de Agricultura Andi Amran Sulaiman 🍚.
Las ONG también están en plena movilización: precios de productos básicos que se han triplicado y mercados locales casi vacíos. Un cargamento de 12 toneladas de alimentos viaja en un buque de la marina indonesia para llegar cuanto antes a Aceh 🚢.
En Sumatra, al menos 659 personas murieron y 475 siguen desaparecidas, mientras que en el sur de Tailandia la cifra asciende a 176 víctimas. Malasia reportó dos fallecidos más. En Sri Lanka, otras 410 personas perdieron la vida entre deslizamientos e inundaciones, y 336 están desaparecidas.
El presidente Anura Kumara Dissanayake decretó el estado de emergencia y solicitó ayuda internacional. Las fuerzas aéreas de Sri Lanka, India y Pakistán trabajan en evacuaciones y entrega de suministros básicos ✈️🤝.
En Colombo, la capital de Sri Lanka, el agua va bajando lentamente, aunque persisten las alertas por deslizamientos en las zonas centrales. Los expertos insisten en la necesidad de prepararse mejor para futuras catástrofes climáticas.
Esta tragedia nos recuerda la urgencia de impulsar medidas de adaptación y solidaridad global. 🌍💪
Reference(s):
cgtn.com
