Este noviembre de 2025, el mundo puso sus ojos en África: por primera vez en su historia, la Cumbre de Líderes del G20 se celebró en el continente, con Sudáfrica al mando de la presidencia rotatoria. Pero, ¿será esta ocasión un simple momento de brillo o el impulso definitivo para el desarrollo africano?
Un hito simbólico
Para Thembisa Fakude, investigadora senior en Africa Asia Dialogues, la cumbre tuvo un «prestigio simbólico gigantesco» 🌟. Sin embargo, advirtió que las decisiones del G20 no son vinculantes y que el reto real es traducir las palabras en mejoras concretas para la gente común.
«Durante mucho tiempo África y el mundo en desarrollo hemos sido… desfavorecidos en los negocios», señaló Fakude. Su mensaje es claro: llegó el momento de que el continente «marque sus propias condiciones», especialmente con sus reservas de minerales críticos para la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos. La meta: pasar de exportar materias primas a crear valor local 💪🔋.
De la retórica a la acción
El profesor Liu Baocheng, del University of International Business and Economics, coincide en la urgencia de resultados tangibles. Destacó las prioridades africanas presentadas en la cumbre:
- Crecer de forma inclusiva, impulsar la industrialización y el empleo.
- Garantizar la seguridad alimentaria.
- Aprovechar la inteligencia artificial y la innovación para el desarrollo sostenible.
Según Liu, hacer de estas prioridades «una agenda concreta» implica:
- Reformular los mecanismos de financiación con plazos claros.
- Pactar transferencias de tecnología con compromisos temporales.
- Promover inversiones que apuesten por la creación de valor y empleos duraderos.
«La simbología política importa, pero convertirla en un punto de inflexión requiere estructuras de financiación predecibles», añadió.
Un futuro multipolar
La ausencia del presidente de Estados Unidos generó debate. Fakude la minimizó: «El G20 seguirá con otros líderes al timón». Liu lo vio como una señal de la creciente multipolaridad 🌏, aunque advirtió que sin coordinación con Washington será más difícil reformar temas como la arquitectura de la deuda o la gobernanza tecnológica.
¿Y después del G20?
En boca de los expertos, el siguiente paso es claro: África debe unirse para negociar desde una posición de fuerza. Fakude lo llama «nuestro momento del petróleo»: los líderes africanos tienen que exigir beneficios locales y acuerdos justos. Liu, por su parte, subraya la necesidad de convertir la realidad de «receptores de decisiones» en «coautores de soluciones», mediante nuevos canales de gobernanza global.
La pregunta ya no es si África estuvo en el centro del G20, sino cómo aprovechar esa luz para escribir un nuevo capítulo de su historia 🌍✍️.
Reference(s):
cgtn.com




