A principios de este mes, comenzó la 30ª Conferencia de Cambio Climático de la ONU (COP30) en Belém, Brasil 🌍. En sus días iniciales, jóvenes activistas marcharon cerca del famoso mercado Ver-o-Peso, exigiendo acciones más contundentes mientras comenzaban las negociaciones sin Estados Unidos en la mesa principal. ✊
Las protestas y críticas se intensificaron cuando sesiones clave vieron asientos vacíos donde deberían haber estado los delegados estadounidenses. Muchos sintieron que la ausencia enviaba una señal equivocada, una que podría frenar el progreso en acuerdos cruciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Mientras tanto, los científicos han emitido advertencias contundentes: el planeta se acerca a un umbral de temperatura del cual podría no haber retorno 🌡️. Los expertos dicen que debemos limitar el calentamiento a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, o enfrentarnos a cambios irreversibles como tormentas más fuertes, sequías y el aumento del nivel del mar.
Pero no todo es pesimismo. Entre bastidores, los negociadores han encontrado puntos en común sobre el financiamiento para naciones vulnerables y una hoja de ruta para eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Varios paneles liderados por jóvenes han traído energía renovada, impulsando a los delegados a mantenerse ambiciosos.
A medida que la COP30 avanza hacia su segunda semana, la pregunta es clara: ¿puede la comunidad global transformar las protestas y advertencias en compromisos reales y vinculantes? El mundo está observando, y las voces juveniles aquí en Belém son más fuertes que nunca 🚀.
Reference(s):
cgtn.com




