🌿 Imagina entrar al mundo de Crouching Tiger, Hidden Dragon mientras la luz del sol se filtra a través de interminables olas de bambú en Anji, una joya escondida en el este de China.
Hace apenas 20 años, esta escena pacífica estaba dominada por minas y plantas de cemento. Pan Chunlin, quien fue minero, recuerda: “Íbamos a trabajar antes del amanecer y volvíamos pareciendo pandas, con el rostro cubierto de hollín.” Los jóvenes locales a menudo se mudaban a ciudades más limpias—pocos soñaban con regresar.
Todo cambió a principios de los años 2000, cuando el gobierno de Anji cerró sus minas y lanzó un ambicioso plan de restauración. El condado se convirtió en un modelo piloto para la agenda de desarrollo verde de China, demostrando que es posible generar riqueza sin destruir la naturaleza.
Hoy, Anji prospera gracias a la fabricación de bambú, materiales renovables y turismo rural. Miles de alojamientos reciben visitantes de Shanghai, Hangzhou y más allá, mientras que el turismo ahora representa más del 20% de los ingresos de los agricultores. “Antes ganábamos unos pocos miles de yuanes al año,” dice Pan. “¡Ahora podemos hacer esa cantidad en un solo día!” 🏡🍃
El aire es más limpio, los ríos corren claros, y los jóvenes emprendedores están regresando. Anji ofrece un vistazo a una transición justa—pasar del crecimiento basado en los recursos a la prosperidad sostenible. En esta revolución tranquila, la naturaleza misma impulsa un futuro más brillante. 🌱
Reference(s):
cgtn.com



