En el pintoresco pueblo de Gorna Studena, cerca del Danubio, Rumyana Tsoneva, una experta agrícola jubilada de 69 años, enfrenta un desafío diario: abrir el grifo solo para encontrarlo seco. A medida que el cambio climático se intensifica, la crisis del agua se convierte en una dura realidad para muchos en Bulgaria.
"Los problemas comenzaron hace 15 años, pero cada año la situación empeora," explica Tsoneva. Cuando el agua aparece, dura solo unas pocas horas, obligándola a elegir entre llenar recipientes, usar la lavadora o tomar una ducha rápida.
Bulgaria, conocida como el país más pobre de la UE, lucha con tuberías de décadas de antigüedad, algunas instaladas antes de la Segunda Guerra Mundial. El robo de agua y la mala gestión de recursos agravan aún más la crisis, dejando a las comunidades vulnerables mientras los climas cambian.
Esta historia es un recordatorio contundente de los desafíos que se enfrentan cuando la infraestructura envejecida se encuentra con un mundo en calentamiento. A medida que la escasez de agua afecta la vida cotidiana, las soluciones para una gestión sostenible nunca han sido más urgentes. 💧🔥
Reference(s):
cgtn.com




